Autor: Mauricio Fishleder R.
Sócrates decía que: “la felicidad consistía en encontrarse a sí mismo, Conócete a ti mismo”.
Platón decía que: “la felicidad está en el amor”.
Aristóteles decía que: “la felicidad estaba en la verdad”.
Séneca decía que: “la felicidad consiste en la virtud” (aspirar a la excelencia).
Epicuro decía que: “la felicidad está en el placer”.
Los Eclécticos decían que: “la felicidad se compone de muchas cosas variadas”.
Cervantes decía que: “la felicidad no está en la posada sino en medio del camino”.
La química de la felicidad está relacionada con la liberación en el torrente sanguíneo de neurotransmisores, como la dopamina, la serotonina, la oxitocina y la endorfina, que producen reacciones químicas en el cuerpo que mejoran el estado de ánimo y generan felicidad. Quienes saben de Felicidad y psicología positiva, creen que los comportamientos que nos hacen felices, son simples: socializar (pasar tiempo con amigos y familiares), pensar en los demás (ayudar a alguien, apoyarlo), dedicar tiempo a las buenas acciones (dar servicio con gusto, dedicación, pasión), agradecer lo que uno tiene, crear hábitos saludables, (de ejercicio y sueño, alimentación), ser conscientes del aquí, y el ahora, (gozar, disfrutar cada momento que es único e irrepetible) proponerse metas (establecer metas simples y alcanzables como aprender algo, leer un libro, hacer algo), estar en contacto con la naturaleza (la exposición al sol, estar al aire libre, la jardinería o las caminatas pueden tener un efecto calmante y rejuvenecedor. Espacios limpios y ordenados nos dan una mayor sensación de tranquilidad y control sobre nuestro alrededor, es un sedante.
La voluntad solida, firme, la constancia, la perseverancia y la motivación, para lograr metas ayuda mucho a ser feliz. Ser equilibrado entre la razón y el sentimiento. Una persona hipersensible no puede ser feliz. Y una persona que todo lo racionaliza tampoco puede ser feliz. Tener un propósito (dedicarte a una pasión, o a un propósito que puede ser un trabajo o pasatiempo), puede aumentar tu autoestima y dar sentido a tu vida. Reconocer tus necesidades (es importante atender a cualquier necesidad de salud mental que tengas, ya sea a través de terapia o meditación). Librarte del rencor, celos y venganza. Librarte a través del perdón de la idea de culpa sobre ti o proyectada a alguien más. Librarte de los adversidades sinsabores, traumas del pasado.
La Felicidad puede ser puntual, es decir, por un motivo externo, sea cual sea. Pero también la felicidad puede ser interna o relativa o razonable donde por breves instantes sientes satisfacción, por qué vives el momento del aquí y el ahora, aceptando lo que hay tal y como es. No significa que el momento sea perfecto, ni sea ideal. La felicidad al 100% absoluta no existe. Nadie es completamente feliz. Nadie puede hacerte feliz o infeliz. Es una falacia pensar que tu felicidad depende de algo o de alguien; creyendo que sí desaparece ya no puede ser feliz. La felicidad se confunde con el placer pasajero o con la alegría momentánea. Yo puedo tener placer por un estímulo externo que yo le llamo parches o anestesias temporales: sexo, alimento, alcohol, drogas, compras, etc.
Una vez que el estímulo deja de hacer efecto, se acabó el placer y eso no es Felicidad. La alegría momentánea se puede dar, porque te contaron un chiste y te reíste, o te distrajiste, o te divertiste, pasaste un buen momento, pero qué pasa cuando se acaba?, todo vuelve a la normalidad, puedes estar incluso triste o deprimido, llegar a tu casa y volver a tu estado de ánimo anterior al momento de alegría momentánea.