Shraga Simmons

 

El salvar una vida es un valor supremo en la ley judía, pero la donación de órganos es mucho más compleja que el firmar una tarjeta de donante.

 

El salvar una vida es un valor supremo en la ley judía, pero la donación de órganos es mucho más compleja que el firmar una tarjeta de donante. La posición del judaísmo en cuanto a la donación de órganos es tan compleja como el asunto de la vida y la muerte, ya que deriva directamente de la perspectiva judía de la santidad de la vida y el rol que nuestra existencia física juega en el desarrollo de nuestro ser espiritual. Por otro lado, tenemos una obligación sagrada de preservar la vida humana (pikuaj nefesh).

Este es un valor fundamental en la ley judía, tan importante que casi cualquier otra ley puede ser violada por esta razón. Por ejemplo: podemos violar el Shabat para llevar a una persona herida al hospital. Por otro lado, la ley judía prohíbe profanar el cuerpo de un muerto (nivul hamet). Por cuanto que el cuerpo de una persona muerta tuvo alguna vez dentro de sí un alma sagrada, debe ser tratado con el máximo respeto. Cada parte del cuerpo debe ser enterrada, y esta es la razón por la cual a veces vemos imágenes de gente religiosa buscando y agarrando las diferentes partes de los cuerpos de gente asesinada en ataques terroristas para enterrarlas.

Entonces, si por un lado es bueno donar órganos y por otro lado no podemos profanar un cuerpo sin vida ¿cómo podemos¡ conjugar estos dos valores? Para salvar una vida La donación de órganos sólo es permitida en casos donde el órgano en cuestión es requerido para un transplante inmediato y específico. En tal caso, es una mitzvá muy grande para un judío el donar un órgano para salvarle la vida a una persona.

La donación de órganos no está limitada a gente que ha muerto: Una persona que esté dispuesta a donar unos de sus riñones a alguien que lo necesite, por ejemplo, también puede hacerlo. Sin embargo, en cuanto a la prohibición de profanar el cuerpo, está prohibido donar simplemente a un “banco de órganos” donde no hay un receptor específico e inmediato. Más aún, está también prohibido donar órganos para la realización de investigaciones médicas o para su utilización por estudiante que necesitan desarmarlos en la facultad de medicina. Precauciones requeridas Inclusive cuando existe un transplante específico e inmediato, se necesita tomar precauciones, ya que muchas veces para obtener el órgano lo más fresco posible el médico remueve el órgano antes de que el paciente este “muerto” de acuerdo a la ley judía.

Entonces, el médico estaría matando al paciente, lo cual está obviamente prohibido. En la realidad cada caso es diferente. Un gran número de consideraciones halájicas deben ser revisadas y tomadas en cuenta. Por ende, antes de seguir cualquier procedimiento, consulta con alguna autoridad Rabínica experta en la materia, pues de acuerdo con el judaísmo el procedimiento correcto no es tan sencillo como sellar una tarjeta de donación de órganos.

 

Desde el escritorio de la Editora

Rosalynda Cohen

Entre las efemérides de esta quincena está el Día Internacional de la Tolerancia el 16 de noviembre. Ese día es una oportunidad para la reflexión y el análisis de los problemas de intolerancia locales y mundiales. La tolerancia no es un fin, sino un
medio. La tolerancia es más que la indiferencia y la aceptación pasiva del otro, es la actitud que se define por el respeto a las diferencias, sobre todo aquello que no coincida con nuestras opiniones, ideas, formas de pensar ó actuar; es saber apreciar la riqueza y variedad de las culturas del mundo, al igual que las distintas formas de expresión de los seres humanos.

EDITORIAL DEL 15 DE NOVIEMBRE

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