Salo Grabinsky
Hay que ir a las fuentes de pensamiento de sociólogos o pensadores para tratar de entender lo que nos sucede. Lo irónico es que las teorías que sustentaron están cambiando en forma acelerada e incluso en algunos casos ya no son válidas en esta era revolucionaria con tecnologías e inteligencia artificial. Una de ellas es la definición de capitalismo y sobre todo su aplicación a la inmensa mayoría de las empresas en la actualidad como son los negocios de estructura familiar.
Estoy leyendo un libro de una antropóloga norteamericana de apellido Yanagisako sobre las empresas familiares del norte de Italia. Esta profesora e investigadora nos da un marco teórico muy interesante,z ya que nos damos cuenta que ya lo que pensadores del siglo XIX como Marx y Weber predicaron ya no explica este fenómeno de decenas de millones de empresas familiares de diversos tamaños, giros y en todo el mundo.
Marx definía al capitalismo como la lucha y dominación de los dueños del capital sobre los que les proveían de su esfuerzo o sea la clase proletaria o trabajadora. Por otro lado Max Weber definía al espíritu capitalista de acuerdo a una ética, con arduo trabajo y austeridad a la que él llamaba ética protestante (válida para otras religiones) y consideraba que el futuro del capitalismo iba a estar centrado en una fuerte posición de la burocracia o sea ejecutivos y funcionarios no ligados al capital que tomarían las decisiones y las ejecutarían sin que los dueños tuvieran mucho que decir. Es más, Weber profetizaba que las empresas de tipo familiar (artesanos, fondas, etc.) desaparecerían ante el ímpetu de los ejecutivos profesionales de los grandes negocios.
La realidad en el siglo XXI es muy diferente a lo que ambos pensadores profetizaron. En primer lugar, la división entre el capital de los dueños y el trabajo, enfrentados entre sí ya ha sido trascendida por muchas razones, pero sobre todo en los negocios familiares. Lo que ha pasado es que la distinción entre el padre-madre dueños de la empresa y sus familiares que trabajan ya se borró. En primer lugar, todos trabajan y, aunque sea en teoría, los familiares pueden esperar que al fallecimiento de sus padres van a heredar y trabajar (junto con sus hijos) el negocio, con la dualidad de ser propietarios y a la vez trabajadores. En el caso de Weber el hecho de que las empresas sean mejor administradas no necesariamente indica que el capitalismo va a estar en manos de burócratas sin nombre que hacen eficientemente su trabajo. En las empresas familiares profesionalmente manejadas van a existir ejecutivos no familiares junto con miembros de la familia dueña con la capacidad de planear, controlar y asegurar el crecimiento del negocio.
En pocas palabras lo que ambos pensadores no previeron es que las empresas de estructura familiar iban a evolucionar y el capitalismo sanguinario que Marx preveía o el impersonal corporativista de Weber no encajan siempre con la realidad actual. Soy un ferviente admirador del espíritu creativo, emprendedor ya sea para fines lucrativos o sociales, pero he visto fracasos por no haber seguido las reglas básicas de armonía, capacitación y la construcción de negocios con estructuras flexibles y dinámicas de gobierno. No es fácil pero se requiere voluntad y capacitación.
Continuará…
