Manuel Taifeld
A diferencia de los inmigrantes sefardíes que hablaban ladino, o sea español antiguo, lo que les facilitó integrarse al país; los que llegaron de Europa que hablaban idish; y los de Siria, que hablaban árabe, tenían más dificultades para adaptarse.
Lo más común para ganarse la vida, era el comercio ambulante. Los vendedores trataban de vender sus modestas mercancías, con las contadas palabras que habían aprendido en español.
Con un poco más de recursos y conocimiento del idioma, empezaron a dedicarse a la venta en abonos, dando oportunidad a que las personas de escasos recursos pudieran adquirir artículos como ropa, zapatos, cobijas, etc. Algunos mas, tenían lugares fijos donde montaban su mercancía, inclusive contaban con un permiso especial para hacerlo. Así fueron los difíciles inicios para ganarse el sustento diario.